

En torno a la construcción del estadio de beisbol Antonio “Memín” Garibay en el Parque Lineal Ferrocarril, hay más que obra pública del Gobierno Municipal de Durango, que en esta administración ha realizado más obras que ninguna otra, hay orgullo, tradición y unión.
Y es que, la gente recuerda como era antes este lugar, afirma María del Carmen García Garibay, sobrina de “Memín” Garibay. “Era un llano pura tierra, pura revolcadera, que ahora cambió indiscutiblemente”, ella ha vivido la evolución de este lugar, que “une a las familias” y que honra a su tío como símbolo del talento duranguense.
Memín Garibay, estuvo en el Campeonato Mundial Amateur de Beisbol en Cuba, en 1952, y formó parte de los Alacranes de Durango, equipo representativo de la extinta Liga Central, se discutió como los grandes, y por ello lleva su nombre, decisión avalada por la afición agradecida por la inversión en este campo.
El beisbolista José Antonio Morales, de Marineros, de la Liga Ranchera, confirma que el estadio es más que una obra, pues representa un empuje para el beisbol “que estaba un poco abandonado, pero ahora es algo digno de admirar, digno de aplaudirle a nuestras autoridades”.
En un contexto como el de José Antonio, donde el deporte es la base del desarrollo de las comunidades, el estadio de beisbol Antonio “Memín” Garibay en el Parque Lineal Ferrocarril es un sueño hecho realidad, que permitirá potenciar el beisbol, por ello es más que un campo nuevo, barda de home, gradas, iluminación, dogouts, back stop, baños y vestidores.
Cabe recordar que este estadio, que forma parte de la segunda etapa del parque lineal creado por el Gobierno Municipal de Durango, se fundamentó en la solicitud de las familias duranguenses, ya que para ello se llevó a cabo una audiencia pública donde la gente pudo participar en la elaboración de planos de los espacios del parque, que ha transformado la zona norte de la ciudad.